Tengo a dos hermanas estudiantes universitarias, metidas hasta el cuello en la defensa de las libertades y derechos civiles de nuestro país. Y a un tirano amenazando a la juventud.
Hordas violentas arremeten contra los estudiantes que están al final o en los bordes de las marchas, para atemorizar, pero el ímpetu por la defensa de las libertades los alimenta y no se dejan amedrentar.
Para una concentracion oficial traen dos mil autobuses de todas partes de Venezuela, amenazan con despidos si no asisten, les pagan y les dan bolsas de comida y hasta unas "garotas" les ponen para que marchen idiotizados, pensando con las hormonas y no por un ideal. Los rojos rojitos marchan pensando en salvar el sueldo, en obtener el presupuesto para su fundacion, en obtener un mercadito o ganarse unos "realitos pa' comé". O quizás piensan en su "Homer" (no sé ni cómo se escribe, es ese carro de guerra que lo usan en la ciudad), en su casa o apartamento de lujo, en el tremendo puesto que tienen en el gobierno y que deben defender. Habrá un porcentaje de personas que creen en que es necesaria la revolución, con violencia y pérdida de libertades y todo, y no tienen ningún interés económico u hormonal. En Venezuela no conozco a nadie así, pero debe haber alguien, no son la mayoría.
A los estudiantes los detienen, les ponen alcabalas móviles y hasta los "perdigonean". Llaman por televisión, por la televisora del Estado a los grupos violentos para que detengan a los estudiantes, vi y escuché al presidente y al canciller haciéndolo, nadie me lo contó. El padre de mi hijo fue testigo y enfrentó a unos de estos grupos violentos que estaban golpeando a unos estudiantes y los salvó. Esto ocurrió hace dos días.
Los estudiantes marchan pensando en la paz y en los derechos civiles. A los ideales que alimentan a la juventud no los detiene nadie, despiertan conciencias dormidas y remueven las entrañas carcomidas de los tiranos.
ASI SON LAS COSAS, DUELALE A QUIEN LE DUELA
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