El luto de los terroristas
Esos mismos que se definieron en estos tiempos como promotores de la paz, cayeron en su propia trampa, mostrando al mundo por quien doblan sus campanas.
Mientras las FARC secuestraban, torturaban y masacraban a ciudadanos colombianos como también lo hacían con todos aquellos de diversas nacionalidades que podrían representar beneficios económicos o convertirse en “canjeables” para la narco guerrilla, nadie de los que conducen esos gobiernos “progresistas” que se expandieron por América Latina, tuvo palabras de reproche para esas alienantes conductas macabras, sin embargo hoy se rasgan las vestiduras por las muertes en combate de un grupo de terroristas de las FARC.
Hasta ahora se había tratado de obtener réditos políticos para la guerrilla colombiana por medio de elaboradas farsas que se dieron en llamar “operaciones humanitarias”, en las que se utilizaron a sufridos rehenes como meras mercancías para tomar posiciones ante la comunidad internacional que no veía con buenos ojos esa supuesta lucha de liberación basada en métodos terroristas.
Consejos de estos pseudos demócratas que conforman estados terroristas como Argentina, Venezuela junto a los gobiernos satélites de Bolivia, Ecuador y Nicaragua, han venido impulsando una guerra ideológica mancomunada en la que se sustentaba y reivindicaba al terrorismo sanguinario y criminal de las FARC, presentándolas como una fuerza “humanitaria y beligerante”.
La reacción de Hugo Chávez después del enfrentamiento militar entre las fuerzas armadas de Colombia y los mercenarios narcoterroristas que culminara con un saldo de 17 guerrilleros muertos entre los que se encontraba Raúl Reyes, segundo en importancia en la conducción de las FARC, irritó al dictador venezolano, quien cumpliendo un papel de “viuda” de Reyes acometió contra el presidente Alvaro Uribe, acusándolo de asesinar a los guerrilleros con los que el ejército colombiano desde hace cinco años mantiene una constante lucha armada.
Vociferante, el bolivariano amenazó e insultó al presidente colombiano tal como lo viene haciendo la escatológica Hebe de Bonafini en Argentina, Madre del terrorismo internacional y coincidente con la calificación del tirano venezolano de legítimos combatientes a los asesinos seriales de las FARC.
La actitud de defensa del gobierno colombiano fue interpretada por Chávez como una afrenta que interpreta como “casus belis” entre Venezuela, Ecuador y Colombia, ordenando el cierre de la embajada venezolana en Bogotá y desplazando diez batallones de tropas bolivarianas, tanques y apoyo de la aviación en una cobertura de sus fronteras, sin dejar de vilipendiar grosera y vulgarmente a un presidente que cumplió con su deber de defender a su patria sin dejarse doblegar por los narcoterroristas y sus aliados.
Rafael Correa, presidente de Ecuador, país en el que habían instalado sus campamentos los guerrilleros abatidos en combate, también reaccionó irracionalmente ante el pedido de disculpas brindado por el gobierno colombiano y sobre las explicaciones por las cuales se decidió abrir fuego sobre el enemigo, sin invasión del espacio aereo ecuatoriano, acciones que se encuentran resguardadas por la doctrina internacional de legítima defensa. Sin embargo Correa lejos de interpretar estos hechos como defensa por parte de Colombia, también acusó al presidente Uribe y salió a respaldar a la narcoguerrilla que se encontraba refugiada dentro del territorio ecuatoriano, resultando poco creíble que su gobierno lo ignorara.
Por medio del mismo discurso hipócrita de Chávez, Rafael Correa rompió relaciones con Colombia, convocando a los integrantes del Mercosur y de la comunidad internacional a unirse a esta repulsa contra el gobierno colombiano, enviando asimismo tropas hacia la frontera bilateral y calificando la incursión colombiana como un hecho de guerra.
El gobierno de Cristina Kirchner expresó ayer su “honda preocupación” por la escalada de tensión entre Venezuela, Ecuador y Colombia, y como no podía ser de otra forma respaldó a Hugo Chávez en su acusación de que las fuerzas militares colombianas violaron territorio ecuatoriano, en una actitud coincidente con esa política que expresa una especial deferencia respecto a los derechos humanos de todo tipo de terroristas.
Tanto Chávez como Correa han coincidido en que los miembros de las FARC fueron asesinados por el ejército colombiano, incluso presentaron sus respetos por la muerte en acción de quienes durante cuatro décadas vienen asolando a Colombia, sin mencionar a ese soldado caído en cumplimiento del deber y que es quien representa legítimamente a ese pueblo que el 4 de febrero salió a respaldar a su gobierno y condenó a las FARC por su historial de terror y muerte.
Las estrategias y la inteligencia de la defensa colombiana están logrando sus objetivos de neutralización de los criminales terroristas los que se encuentran cercados y debilitados sus cuadros, lo que ha quedado demostrado por medio de exitosa operación realizada por sus fuerzas armadas, algo que no parecen perdonar los que todavía incluyen en sus discursos la arenga de “Patria, socialismo o muerte”, quienes hoy se encuentran profundamente doloridos por la muerte de sus camaradas.
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela
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